Por definición, un proyecto de construcción implica alguna transformación: un nuevo edificio, una reforma, un cambio de uso, etc. El cambio conlleva incertidumbre y no es descartable que haya desviaciones de la previsión inicial por un posible suceso futuro. Por lo tanto, tenemos que ser conscientes de que existen riesgos y que debemos gestionarlos activamente.
Podremos maximizar la oportunidad de tomar medidas efectivas en función de cinco criterios:
- Riesgos a nivel organizacional: en relación con su lugar de acción, es decir, el que nos afecta a nivel de empresa.
- Riesgos del proyecto: son los que, dentro del límite del proyecto, podrían afectar la entrega del resultado comercial.
- Riesgos comerciales: afectan a la operación del resultado comercial una vez que el proyecto se ha entregado.
- Riesgos ambientales: son externos al entorno del proyecto pero, sin embargo, pueden afectar sus objetivos.
- Riesgos externos: están más allá del entorno inmediato del proyecto, pero podrían tener un gran impacto. Con frecuencia en términos contractuales, estos pueden incluir riesgos de ‘fuerza mayor’
En este articulo de linkedinhe detallado como detalle los riesgos técnicos más comunes en operaciones inmobiliarias.