El rol que desempeña la Technical Due Diligence en la gestión del portafolio y en las nuevas adquisiciones es vital, ya que nos permite tener una visión integral del estado de los bienes por un tercero imparcial y especializado.

Realizar una due diligence a la hora de evaluar un nuevo activo para adquisición le permite al comprador tener una idea fidedigna de cómo está el bien y de los costes implicados en su mantenimiento y operación.

Este análisis de cara a la negociación nos permite desarrollar un business plan, acotando los riesgos de la operación para asegurar la mayor rentabilidad.

Destacamos la importancia de los siguientes puntos:

  • Obtener una vista general del estado del bien por un tercero imparcial y especializado.
  • Recibir una opinión independiente y especializada e informada del estado real del bien y de los posibles gastos a afrontar tras su adquisición.
  • Recibir una opinión independiente, experta e informada del estado documental del bien y los posibles gastos de subsanación.
  • Detección precoz y anticipación de problemas de adecuación a la normativa o falta de documentación necesaria.
  • Detectar y anticiparse a problemas de mantenimiento, o mantenimiento deficiente.
  • Conocimiento para gestionar y minimizar los riesgos relacionados con la adaptación del activo a la normativa, costes de mantenimiento y renovación de las instalaciones, y documentación obligatoria

Una Due Diligence también es de gran utilidad para evaluar los activos en cartera y revalorizarlos implementando nuevos avances en tecnología y medioambiente. Destacamos la importancia de la due diligence en los siguientes puntos:

  • Gestión eficiente y responsable de los activos
  • Adecuado dimensionamiento del CAPEX y OPEX en los Business Plans
  • Optimización y cumplimiento normativa
  • Detección precoz de problemas y reducción de incertidumbres
  • Adecuación a normativas aplicable y nuevas tendencias tecnológicas
  • Alineamiento con estrategias ESG
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